martes, 27 de septiembre de 2011

Operador Político...


En colaboraciones anteriores le mencionaba a usted lo siguiente: 
A la presidencia municipal de Ciudad Madero  le urge--para empezar y de entrada--, detectar la falta de un operador político.
Al menos uno. Porque hasta hoy, ese para muchos desconocido espacio, se encuentra en la espera de ser cubierto.

Vea usted, un operador político no es un hombre oscuro, no es un angelito de la guarda, no es un mafioso ni mucho menos un extraterrestre. Un operador político es alguien que más que tener un espectacular currículo, debe poseer un prontuario.

Esta no ha sido una buena temporada en todo el estado para los "operadores políticos". Existen pocos que han escuchado este término que hace referencia a una función conocida por varios, pero desarrollada por contadas personas. No se trata de personajes autónomos, sino de unos que están como adheridos a las figuras políticas públicas.


Un operador es un prudente y cuidadoso personaje que, siguen cada paso de su jefe a prudente distancia, pero sin perderlos de vista, se desplazan con  movimientos presurosos, siempre con una agenda o una carpeta, la mirada fija en su líder, siempre atentos a detectar quiénes se acercan, incluyendo los posibles rivales. Ese es un operador.

Solo basta ver fotografías antiguas de líderes que han trascendido en el escenario público y, en vez de mirar al protagonista, que mire más atrás y verá a la "cara no conocida”.


Pero además de todo lo anterior como todo en la vida tiene sus etapas, La consagración del operador, es decir, su ‘graduación’ se produce -por dar un ejemplo- cuando su jefe está a punto empezar una conferencia de prensa. El personaje se le aproxima con desplante y, sin atender a nadie más, pone una mano en el respaldo de su jefe, la otra la apoya en la mesa plagada de micrófonos y se acerca a susurrarle algo al oído. Si su jefe le escucha con atención y puede devolverse con una instrucción sólo por él conocida, es que ha pasado a otra categoría dentro de su especialidad. Luego, el graduado evoluciona y llega a los más variados destinos: puede que siga junto a su jefe, llegue a la dirigencia de un puesto clave, que él mismo se convierta en líder público o sea recomendado para con otra personalidad que el sistema esté preparando.


Creo que los operadores se empiezan a formar en las Universidades, en especial bajo el alero de las juventudes y no precisamente por sus meritos académicos si no porque casi podríamos decir con certeza que dichas personas responden a otras con más poder.

En algunas ocasiones el operador debe de ser descuadrado. Él está puesto ahí por sus conocimientos, por estrategia desde el punto de vista político.
Traemos todo lo anterior a colación  porque dentro del círculo cercano del presidente Jaime Turrubiates se encuentra un personaje con este perfil arriba mencionado, solo que no se ha ponderado.


Nos referimos al combatiente Adán Ferrer Mar, quien ha estado a lo largo de su vida ligado a un personaje que ha sobrevivido políticamente a los años y ha mantenido algunas cuotas de poder: su nombre, Juan Manuel Sánchez Guerrero. 

El otrora poderoso líder universitario.

Recuerdo en alguna ocasión en la mesa de café que algunas veces compartíamos con el finado y connotado empresario Luis Kawachi Manzur en donde este afirmaba que Juan Manuel Sánchez Guerrero había llegado a ocupar el hueco de poder que dejó el ex poderoso líder de la "sección uno" Joaquín Hernández Galicia. Y eso era mucho decir.


La sombra de Juan Manuel Sánchez ha sido hacedora de muchas figuras políticas del pasado y también actuales y por supuesto que omitimos los ejemplos.
Pues bien, Adán Ferrer es apadrinado por este político de peso y con una gran red de contactos por su larga trayectoria de hacer ‘lobby’ en el sistema, el partido y conglomerado político a la cual está adscrito.

Entiéndase por ‘lobby´ como un grupo de personas o empresas que persiguen o tienen intereses comunes y de forma indirecta, ya que los miembros de estos grupos por lo general no trabajan en las instituciones de los poderes del Estado.


Conste que no es regaño ni reclamo para el Alcalde de Ciudad Madero, sino una mera sugerencia; Pues si le va bien políticamente al Alcalde¸ seguramente le irá bien a Madero como municipio y a sus ciudadanos y si le va bien a madero por ende le irá también bien a la zona conurbada y a sus habitantes. Muchos opinan que Jaime Turrubiates debería darle la oportunidad a Adán Ferrer ya que es uno de los pocos en que confía los asuntos políticos del municipio, como por ejemplo la operación de los consejos vecinales, pero Adán está listo para cosas más grandes.


Adán  podría manejar informalmente las fichas-desde atrás de la escena, claro- y podría asesorar también en las decisiones del alcalde, sean éstas grandes, como un importante acuerdo político, o pequeñas, como sugerirle que no se presente como jerarca del PRI un día y al otro como jerarca del Verde Ecologista, como desactivar un conflicto con ambulantes o un pre cierre circunstancial antes de cualquier elección.


Para terminar…  los operadores políticos están en todos los partidos o espacios políticos y detrás de todo candidato o figura pública.

Su arte es el manejo del secreto. Su territorio, el poder informal. Su clave, los contactos que manejan.


Muchas gracias y hasta pronto…


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