A la presidencia municipal de
Ciudad Madero le urge--para empezar y de
entrada--, detectar la falta de un operador político.
Al
menos uno. Porque hasta hoy, ese para muchos desconocido espacio, se encuentra
en la espera de ser cubierto.
Vea usted, un operador político no es un hombre oscuro, no
es un angelito de la guarda, no es un mafioso ni mucho menos un extraterrestre.
Un operador político es alguien que más que tener un espectacular currículo, debe poseer un
prontuario.
Esta no ha sido una
buena temporada en todo el estado para los "operadores políticos".
Existen pocos que han escuchado este término que hace referencia a una función
conocida por varios, pero desarrollada por contadas personas. No se trata de
personajes autónomos, sino de unos que están como adheridos a las figuras
políticas públicas.
Un operador es un prudente y cuidadoso personaje que, siguen
cada paso de su jefe
a prudente distancia, pero sin perderlos de vista, se desplazan con movimientos presurosos, siempre con una agenda
o una carpeta, la mirada fija en su líder, siempre atentos a detectar quiénes
se acercan, incluyendo los posibles rivales. Ese es un operador.
Solo basta ver fotografías
antiguas de líderes que han trascendido en el escenario público y, en vez de
mirar al protagonista, que mire más atrás y verá a la "cara no conocida”.
Pero además de todo
lo anterior como todo en la vida tiene sus etapas, La consagración del
operador, es decir, su ‘graduación’ se produce -por dar un ejemplo- cuando su
jefe está a punto empezar una conferencia de prensa. El personaje se le
aproxima con desplante y, sin atender a nadie más, pone una mano en el respaldo
de su jefe, la otra la apoya en la mesa plagada de micrófonos y se acerca a
susurrarle algo al oído. Si su jefe le escucha con atención y puede devolverse
con una instrucción sólo por él conocida, es que ha pasado a otra categoría
dentro de su especialidad. Luego, el graduado evoluciona y llega a los más
variados destinos: puede que siga junto a su jefe, llegue a la dirigencia de un
puesto clave, que él mismo se convierta en líder público o sea recomendado para
con otra personalidad que el sistema esté preparando.
Creo que los
operadores se empiezan a formar en las Universidades, en especial bajo el alero
de las juventudes y no precisamente por sus meritos académicos si no porque
casi podríamos decir con certeza que dichas personas responden a otras con más
poder.
En algunas
ocasiones el operador debe de ser descuadrado. Él está puesto ahí por sus
conocimientos, por estrategia desde el punto de vista político.
Traemos todo lo
anterior a colación porque dentro del círculo
cercano del presidente Jaime Turrubiates se encuentra un personaje con este
perfil arriba mencionado, solo que no se ha ponderado.
Nos referimos al
combatiente Adán Ferrer Mar, quien ha estado a lo largo de su vida ligado a un
personaje que ha sobrevivido políticamente a los años y ha mantenido algunas
cuotas de poder: su nombre, Juan Manuel Sánchez Guerrero.
El otrora poderoso líder
universitario.
Recuerdo en alguna ocasión
en la mesa de café que algunas veces compartíamos con el finado y connotado
empresario Luis Kawachi Manzur en donde este afirmaba que Juan Manuel Sánchez Guerrero
había llegado a ocupar el hueco de poder que dejó el ex poderoso líder de la "sección
uno" Joaquín Hernández Galicia. Y eso era mucho decir.
La sombra de Juan
Manuel Sánchez ha sido hacedora de muchas figuras políticas del pasado y también
actuales y por supuesto que omitimos los ejemplos.
Pues bien, Adán Ferrer
es apadrinado por este político de peso y con una gran red de contactos por su
larga trayectoria de hacer ‘lobby’ en el sistema, el partido y conglomerado
político a la cual está adscrito.
Entiéndase por ‘lobby´
como un grupo de personas o empresas que persiguen o tienen intereses comunes y
de forma indirecta, ya que los miembros de estos grupos por lo general no
trabajan en las instituciones de los poderes del Estado.
Conste que no es
regaño ni reclamo para el Alcalde de Ciudad Madero, sino una mera sugerencia; Pues
si le va bien políticamente al Alcalde¸ seguramente le irá bien a Madero como
municipio y a sus ciudadanos y si le va bien a madero por ende le irá también bien
a la zona conurbada y a sus habitantes. Muchos opinan que Jaime Turrubiates debería
darle la oportunidad a Adán Ferrer ya que es uno de los pocos en que confía los
asuntos políticos del municipio, como por ejemplo la operación de los consejos
vecinales, pero Adán está listo para cosas más grandes.
Adán podría manejar informalmente las fichas-desde
atrás de la escena, claro- y podría asesorar también en las decisiones del
alcalde, sean éstas grandes, como un importante acuerdo político, o pequeñas,
como sugerirle que no se presente como jerarca del PRI un día y al otro como
jerarca del Verde Ecologista, como desactivar un conflicto con ambulantes o un pre
cierre circunstancial antes de cualquier elección.
Para terminar… los operadores políticos están en todos los
partidos o espacios políticos y detrás de todo candidato o figura pública.
Su arte es el
manejo del secreto. Su territorio, el poder informal. Su clave, los contactos
que manejan.
Muchas gracias y
hasta pronto…
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