Tratando
de expresar la siguiente redacción con asertividad y, mostrar mi propia opinión
en base a la observación y análisis del comportamiento de ciertas figuras políticas
nacionales, utilizaré un criterio sin agredir y sin sentirme culpable por
expresarla,
El diccionario de la RAE ya permite el término:
Chiflado: Chalado, loco. Perder las facultades para el
razonamiento y la toma de decisiones y apasionarse de algo.
Es
decir, es un estado emocional que no propicia una conducta positiva.
Conducta que no es propia de un actor y protagonista que se supone quiere y anhela lo mejor para México y sus ciudadanos.
Conducta
que alienta al odio y resentimiento entre sus seguidores y fanáticos.
Odio
y amargura que se dejan sentir en las redes sociales y correos electrónicos a
todo lo que no este de acuerdo con sus ideas. Odio que mantiene vivo un
sentimiento, el sentimiento de desunión entre los ciudadanos que tendrá como
consecuencia probablemente, la falta de un buen desarrollo del país.
Vea
usted, el candidato presidencial de la coalición PRD-PT y Movimiento Ciudadano,
Andrés Manuel López Obrador, aseguró que tiene pruebas de la compra de 5
millones de votos en la elección a favor de Enrique Peña Nieto. Sin embargo,
dijo que aún analizan los recursos que se presentarán ante el Tribunal ya sea
de nulidad o invalidez “las dos posibilidades que se barajan”.
A
Andrés Manuel se le dio gusto con el recuento de los votos como el lo exigió ante
el tribunal electoral, voto por voto, casilla por casilla.
Los
números continuaron igual y sin favorecerlo. Él, siguió sin aceptarlo.
Ahora
dice que puede demostrar al presidente del IFE que tiene boletas que se usaban
para el relleno de urnas ya rayadas por el PRI y con respecto a las pláticas
que se tienen o sostienen los líderes del PRD y del PAN, López Obrador aseguró
que todo lo que ayude a limpiar la elección es bienvenido y validó la ayuda de
los panistas “demócratas” aunque antes les llamaba mafia y asociaba con los
delincuentes de cuello blanco del PRI.
Pero
de cualquier manera aseguró también que su movimiento sigue siendo pacífico y
se conducirá por la vía legal aunque los “jóvenes intelectuales” del llamado movimiento
#yo soy 132 no lo demuestren.
Corre
la especie en todo México que este movimiento es financiado por el ‘cachorro’
del magnate mexicano dueño de Grupo Carso Carlos Slim Domit en aras de crear una televisora
de su propiedad y con sus intereses.
Mientras
tanto en Tamaulipas ya se esperan de un momento a otro los cambios en algunas
secretarías de gobierno. La más esperada es la de Morelos Jaime Canseco, quien
al parecer regresará a entregar la curul a Enrique Cárdenas del Avellano, quien
desde ahora se convierte en un fuerte aspirante a la sucesión del gobernador
Egidio Torre Cantú, pues es uno de los pocos representantes de la clase política
tamulipeca.
Aunque
no se descarta la inclusión de nuevas figuras políticas en el escenario
tamaulipeco a “sugerencia” del CEN del PRI, es posible que algunos que ya están
en el gabinete haciendo las veces de consultor en áreas muy específicas y con
gran relevancia, el reacomodo les haga robustecer y fortalecer su presencia en
Tamaulipas. Y si no al tiempo.
Muchas
gracias y hasta pronto…
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