viernes, 2 de marzo de 2012

'El primo de un amigo'...


Una vez dijo el escritor y diplomático Italiano Carlo Dossi:

“El falso amigo es como la sombra que nos sigue mientras dura el sol”.

Y es que la amistad puede ser sincera salvo en determinados círculos político-económicos.

Y para que vean que en este espacio no existen intocables, esta vez me permito ventanear al ‘primo de un amigo’.

Vea usted, cuando Tomas Yarrington era candidato a gobernador de Tamaulipas, en plena campaña en el sur del estado, cierta tarde-noche se celebró en la conocida discoteque “Byblos” de la zona dorada de Tampico, una tardeada ‘disco’ para la chaviza universitaria de la UAT.

Ahí junto a él, estaba su operador en el sur, también se encontraba Juan Manuel Sánchez Guerrero todavía líder universitario, y su inseparable amigo y compadre Adán Ferrer Mar. ‘El primo de un amigo’, circunstancialmente se topó de frente con él y éste, aprovecho el topón para  saludarlo y hacerle unas preguntas sobre su pre campaña y posteriormente campaña que le incomodaron (…), Tomas le dijo a sus operadores: “Ah pa’ amiguitos”, en alusión a que ‘el primo de un amigo’ era amigo de ellos y no de él. 

Era tarde de fiesta, fiesta que él mismo, Tomás y sus operadores, habían convocado y patrocinado en su búsqueda por la gubernatura.

Traemos esto a colación porque hoy nos consta, aquellos operadores siguen conservando la amistad de ‘el primo de un amigo’, pero Tomás si ha perdido la amistad de muchos de sus “amigos” y uno de ellos es Federico Arreola, asesor de Andrés Manuel López Obrador, quien elegante y magistralmente le esta pegando una buena chinga a en sus escritos.

El prestigiado periodista Federico Arreola no niega de su “amistad” de muchos años con Tomás Yarrington Ruvalcaba, ex gobernador de Tamaulipas, pero algo se trae.

Vea usted, hace algunas entregas escribió parte de la conversación que sostuvo con un taxista de la ciudad de matamoros en su trayecto del puente que une a las ciudades de Brownsville, Texas y Matamoros, Tamaulipas, rumbo al aeropuerto de la misma.

Entre otras cosas el columnista narra:

En cuanto crucé el puente internacional, tomé un taxi. ¿Cómo están las cosas en Matamoros? Fue lo primero que pregunté al taxista.

Su respuesta fue: “Matamoros, de maravilla. ¡Ya van varias semanas sin balaceras!”.
Añadió el taxista: “Vivir sin balaceras es vivir en el paraíso”.

La gente se conforma con estar en paz. ¿Matamoros el paraíso? Carajo. ¡Pero si es la ciudad más fea del mundo! Mal pavimentada, sucia, con un clima horrible, con malas vialidades…

“Quitaron a toda la policía municipal, que trabajaba para la delincuencia, y ahora la ciudad la patrullan los soldados, los marinos y los policías federales”. Refería el taxista.

Arreola sigue con la narración acerca de que el taxista de Matamoros que según él, habló muy mal de los dos paisanos suyos que han sido gobernadores de Tamaulipas y que ahora cuestiona la PGR, Manuel Cavazos Lerma y Tomás Yarrington.

Y es aquí cuando Arreola le da el “golpe “a Tomas, el expone que cuando le dijo al taxista: -soy amigo de Yarrington, desde la escuela-. El taxista le dijo: -“Eso no habla bien de usted”-.

Y finaliza, qué cosa. Mi amigo del Tec de Monterrey en tan serios problemas. Ni modo. 

Ojalá los resuelva con las armas de la ley, las únicas que todos deberíamos usar en México.

Y es aquí cuando observamos que tal vez Federico Arreola no fue el amigo que un día Tomas consideró, sino que lo fue mientras él brilló.

Porque la verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido.

Hoy, el clima político-electoral y la embestida del PAN-Gobierno, a Tomas Yarrington lo han oscurecido.

Muchas gracias y hasta pronto…

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