“El
falso amigo es como la sombra que nos sigue mientras dura el sol”.
Y
es que la amistad puede ser sincera salvo en determinados círculos
político-económicos.
Y
para que vean que en este espacio no existen intocables, esta vez me permito
ventanear al ‘primo de un amigo’.
Vea
usted, cuando Tomas Yarrington era candidato a gobernador de Tamaulipas, en
plena campaña en el sur del estado, cierta tarde-noche se celebró en la
conocida discoteque “Byblos” de la zona dorada de Tampico, una tardeada ‘disco’
para la chaviza universitaria de la UAT.
Ahí
junto a él, estaba su operador en el sur, también se encontraba Juan Manuel Sánchez
Guerrero todavía líder universitario, y su inseparable amigo y compadre Adán
Ferrer Mar. ‘El primo de un amigo’, circunstancialmente se topó de frente con
él y éste, aprovecho el topón para saludarlo
y hacerle unas preguntas sobre su pre campaña y posteriormente campaña que le
incomodaron (…), Tomas le dijo a sus operadores: “Ah pa’ amiguitos”, en alusión
a que ‘el primo de un amigo’ era amigo de ellos y no de él.
Era tarde de fiesta,
fiesta que él mismo, Tomás y sus operadores, habían convocado y patrocinado en
su búsqueda por la gubernatura.
Traemos
esto a colación porque hoy nos consta, aquellos operadores siguen conservando
la amistad de ‘el primo de un amigo’, pero Tomás si ha perdido la amistad de
muchos de sus “amigos” y uno de ellos es Federico Arreola, asesor de Andrés Manuel
López Obrador, quien elegante y magistralmente le esta pegando una buena chinga
a en sus escritos.
El
prestigiado periodista Federico Arreola no niega de su “amistad” de muchos años
con Tomás Yarrington Ruvalcaba, ex gobernador de Tamaulipas, pero algo se trae.
Vea
usted, hace algunas entregas escribió parte de la conversación que sostuvo con
un taxista de la ciudad de matamoros en su trayecto del puente que une a las ciudades
de Brownsville, Texas y Matamoros, Tamaulipas, rumbo al aeropuerto de la misma.
Entre otras cosas el columnista narra:
En
cuanto crucé el puente internacional, tomé un taxi. ¿Cómo están las cosas en
Matamoros? Fue lo primero que pregunté al taxista.
Añadió
el taxista: “Vivir sin balaceras es vivir en el paraíso”.
La
gente se conforma con estar en paz. ¿Matamoros el paraíso? Carajo. ¡Pero si es
la ciudad más fea del mundo! Mal pavimentada, sucia, con un clima horrible, con
malas vialidades…
“Quitaron
a toda la policía municipal, que trabajaba para la delincuencia, y ahora la
ciudad la patrullan los soldados, los marinos y los policías federales”. Refería
el taxista.
Arreola
sigue con la narración acerca de que el taxista de Matamoros que según él,
habló muy mal de los dos paisanos suyos que han sido gobernadores de Tamaulipas
y que ahora cuestiona la PGR, Manuel Cavazos Lerma y Tomás Yarrington.
Y
es aquí cuando Arreola le da el “golpe “a Tomas, el expone que cuando le dijo
al taxista: -soy amigo de Yarrington, desde la escuela-. El taxista le dijo: -“Eso
no habla bien de usted”-.
Y
finaliza, qué cosa. Mi amigo del Tec de Monterrey en tan serios problemas. Ni
modo.
Y
es aquí cuando observamos que tal vez Federico Arreola no fue el amigo que un día
Tomas consideró, sino que lo fue mientras él brilló.
Porque
la verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo
se ha oscurecido.
Hoy,
el clima político-electoral y la embestida del PAN-Gobierno, a Tomas Yarrington
lo han oscurecido.
Muchas
gracias y hasta pronto…
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