
En mi buscar, encontré un interesante libro que para algunos es el equivalente a la biblia negra, el cual, no intento recomendarlo por que es una edición en donde se narran hechos un tanto descarados y sin mesura en la forma de hacer, según Juan Pablo II, la más noble de las actividades después de la caridad: La política.
El libro en mención se llama “Las 48 leyes del poder” de Robert Green del cual a continuación transcribo unos o varios párrafos sobre la historia de Joseph Fouché
Quien progresó y se mantuvo en el poder gracias a su genial dominio del arte de aguardar el momento oportuno. Esto nos enseña una cantidad de lecciones fundamentales.
En primer lugar, es de crucial importancia reconocer el espíritu de la época. Fouché siempre veía dos pasos más adelante, encontraba la ola que lo llevaría al poder y se subía a ella.

Y es aquí donde Enrique Peña Nieto al parecer ha sabido identificar plenamente los tiempos políticos ,así como también, el momento estelar de su actuación como una fiera salvaje que se aferra a su presa y, en este caso, no es momento para el gobernador del Estado de México de aventar toda la carne al asador y ha sido flexible y paciente al dejar que los diferentes grupos políticos en el estado sean quienes pongan el candidato al gobierno del estado recayendo finalmente el dedo, en la persona de Eruviel Ávila, así Peña Nieto les cambia el escenario a los interesados en crear la alianza entre PAN-PRD y aunado a esto se proyecta como un aspirante incluyente y abierto a propuestas de loas diferentes corrientes priistas, a veces conviene apostar a la reacción que se está gestando y ponerse a la vanguardia.
Fouché tenía una increíble paciencia.
Si usted no usa la paciencia como su espada y su escudo, quizá maneje mal los tiempos y se convierta en perdedor.
Cuando el factor tiempo no lo favorecía, Fouché no luchaba ni se desesperaba ni actuaba con precipitación.
Conservaba la calma, trataba de pasar inadvertido y construía con paciencia el apoyo que necesitaba de la ciudadanía y de los más importantes grupos, el andamio para su próximo ascenso al poder.

Reconozca el momento para ocultarse entre los pastos o esconderse debajo de una piedra, así como el momento adecuado para mostrar los colmillos y atacar".
Peña Nieto es sabedor que una decisión tomada en base al corazón (en este caso renunciar a la imposición de su primo Alfredo del mazo) o al estomago le puede costar, simple y sencillamente:
La presidencia de la república.
Si, es verdad que las nuevas generaciones y la forma de hacer política no solo en México, si no en el mundo entero ha cambiado pero la esencia y objetivo fue, es y seguirá siendo el mismo: EL PODER

Sin duda alguna, Enrique Peña Nieto, independientemente si llega o no a ser el candidato del PRI a la presidencia, se ha convertido en un fiel intérprete de la definición más clara de lo que es la política: ciencia, paciencia, constancia y circunstancia.
Muchas gracias y hasta pronto…
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