domingo, 10 de octubre de 2010

2011. Comenzará el fin de la pesadilla


Grandes expectativas tienen los tamaulipecos para el 2011 cuando nuestro gobernador electo Ing. Egidio Torre Cantú tome las riendas de nuestro estado.
Con la administración de Tomas Yarrington Ruvalcaba el tamaulipeco se había acostumbrado a sentir la presencia de la gobernabilidad en el estado, es decir se sentía que había poder, dentro de lo que es en realidad la definición del término.



Vea usted, el ex gobernador Manuel  Cavazos Lerma se caracterizó por su mano firme y su congruencia en el discurso y el quehacer del gobernador, además de ser, dentro del término de Aristóteles, “animal político” 

El gobernador del sombrero impulsó a Tomas Yarrington como su delfín siendo este un político preparado y elocuente, pues Tomas es políglota, analista político, economista, hábil para el discurso, talentoso en todo el sentido de la palabra. Entre otras cosas fué un gobernador acostumbrado a salir avante a las más fuertes adversidades y problemas en el estado, bueno, hasta sabía operar sus propios aeroplanos. Guau, los tamaulipecos nos sentíamos guiados y bien protegidos con un gobernador como él.


Al llegar Eugenio Hernández a ocupar la silla que dejó tomas se sintió inmediatamente la diferencia abismal que existe entre ambos liderazgos, pues mientras Tomas pensaba seriamente en ser presidente de la república casi al final de su mandato viene el contraste con las serias aspiraciones de Eugenio Hernández de dejarnos a merced de la difíciles circunstancias económicas laborales comerciales sociales y de inseguridad, para ser más explicito ya no ve las horas de largarse y dejar atrás Tamaulipas y a los tamaulipecos quienes le dieron todo lo que ahora posee


Su administración deja una deplorable marca que la vive y vivirá por un buen tiempo cada una de las familias tamaulipecas y que difícilmente dejará de recordar en que sexenio se enseñoró toda esta crisis de factores que mencionamos con anterioridad


Pues a consideración de muchos tamaulipecos el perfil de Eugenio dista en mucho de los talentosos y políticos de oficio que fueron los ex gobernadores como Tomas Yarrington, Manuel Cavazos, Américo Villarreal, Enrique Cárdenas y varios más.


Más bien se caracterizó por proteger a capa y espada a sus amiguchos como lo son el ejemplo vivo de la  incongruencia: José Manuel Assad Montelongo, a quien hizo secretario de educación, siendo este sujeto un tanto analfabeta y sin un dejo de nivel cultural. Por citar solo uno entre varios más.

Así como destacar algunas obras de relumbrón, solo para intentar hacer sentir la presencia de la cual carece, con lo que definitivamente demostró que, confunde la grandeza con lo grandote


Es así como los tamaulipecos están impacientes y deseosos de que lleguen  buenas nuevas a los hogares en Tamaulipas,pues, el próximo gobernador a decir de muchos es un hombre empresario, serio, preparado, culto y lúcido en lo que se refiere a  la dolencia de Tamaulipas, pues parafraseando a Otto von Bismarck, aunque su formación profesional es la ingeniería, él, es sabedor de que la política no es una ciencia exacta.


Y seguramente sacará al estado del hoyo en el cual se encuentra o mejor dicho, en el que se lo han dejado  pues dicen que tiene voluntad y mano de hierro bajo un guante de seda. Veremos y por supuesto que opinaremos.


¿Te acuerdas Tomas?


Como dijera el talentoso político tampiqueño Roberto González Barba al entonces presidente municipal Diego Alonso Hinojosa en sus cartas que mandaba a cierto periódico de Tampico.
Esta frase aplicaría perfecto en estos días en donde el ex gobernador Tomas Yarrington Ruvalcaba se le ocurrió escupir para arriba en las criticas vertidas en su blog participativo hacia el aún alcalde de Tampico Óscar Pérez inguanzo con sendos insultos.


Pues al parecer al ex gobernador se le paso un detalle:   
Fue en su sexenio cuando la delincuencia organizada hizo presencia en Tampico y aunado a eso,  perfiló a su delfín para que gobernara el estado y el resto de la historia ya la conocen todos los tamaulipecos.  ¿O no?

Muchas gracias y hasta pronto…



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