Estuvo
en la banca por más de doce años.
Su
hermano el famoso Felipe“cremas”Garza Narváez, se la pasó brincando de administración en administración,
sin acordarse de él. Sus motivos debió tener.
Al
día de hoy, cuida sus cartuchos para no quemarlos con alguna cuestión que deje
de beneficiarlo a él. Es decir, piensa como advenedizo y no como un hombre de
oficio político.
Al
parecer su visión se limita a tener un empleo municipal por tres años. Se limita a ser un ‘chambista’ de trienio.
Es
el torpe causante del cese de su hermano Felipe de la secretaría general de
gobierno.
Se
dice y se afirma que es el de la “creativa” idea de orquestar una estrategia
que debilitara la función de ciertos eficientes operadores del gobernador
Egidio Torre.
La
estrategia errónea, fue pegarle a uno de los hombres del poder del Tamaulipas fuerte.
Tal
parecer que al más pequeño de los hermanos Garza Narváez, se le olvida o
desconoce que a los hombres del poder no se les juzga, si no que se les seduce,
y una vez seducidos hay que emplear otro tipo de estrategias para concretar. Es
todo un oficio.
A
cualquier amigo del gobernador, no lo tumbará con el apoyo de un alcalde de pésima
trayectoria y actuación en turno. Alcalde no pone alcalde.
Indiscutiblemente,
el mejor aliado del presidente electo de la nación, no son ninguno de los
alcaldes. El mejor aliado por sentido común es el gobernador. Pésele a quien le
pese.
A
Enrique Peña Nieto, le interesa por de más el estado de Tamaulipas. Y su mejor
aliado es, por lógica: el gobernador y su gente de confianza.
Ricardo,
el más chiquito de los Garza Narváez, puede irse despidiendo del presupuesto
por otros tantos años más.
Flaco
favor le hace al diputado y serio prospecto a la alcaldía de Tampico, Gustavo Torres
salinas, pues se ostenta como sus personero.
“Garcita”,
y los que viven de sus glorias pasadas, pueden irse despidiendo del presupuesto
municipal.
Muchas
gracias y hasta pronto…
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